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Sobre Ricoeur

Paul Ricoeur fue uno de los filósofos más importantes de la segunda mitad del siglo XX. Autor de una obra original y rigurosa, se caracterizó por su curiosidad intelectual, erudición y voluntad permanente para fomentar el diálogo y ampliar las fronteras del pensamiento, servir como presentador de varios autores y mediador intelectual entre diferentes corrientes y escuelas de pensamiento. Fue así como, en 1950, en su tesis de doctorado Le volontaire et l'involontaire, realizó un análisis fenomenológico de la estructura de la voluntad, al mismo tiempo que tradujo las ideas de Husserl, en francés, y trató de conciliar el rigor fenomenológico con los temas existenciales inspirados por las lecturas de Karl Jaspers y Gabriel Marcel.

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En el transcurso de la década de 1960 inicia, por primera vez, sus incursiones en la hermenéutica. Primero, en el dominio del simbolismo religioso en La simbólica del mal (1960) y luego, manteniéndose fiel a la constante voluntad de confrontarse con los otros y poner a prueba sus hipótesis, en la apropiación filosófica de Freud en la Interpretación (1965); Y, siguiendo la misma vía, prueba su fenomenología hermenéutica haciendo una travesía por las obras de quienes él llamó los "maestros de la sospecha" (no solo Freud, sino también Marx y Nietzsche), inscribiendo su pluralismo filosófico en la obra El conflicto de las interpretaciones (colección de artículos publicados en 1969), así como el estructuralismo.

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En una segunda fase de sus investigaciones hermenéuticas, bien capturada en la compilación de artículos titulada Del texto a la acción (1986), hace del objeto de la hermenéutica ya no los símbolos, sino los textos, en un sentido amplio, concibiendo el lenguaje siempre en permanente tensión con la realidad, y desarrollando nociones como la de "mundo del texto" y "mundo del lector". Hace parte de esta fase es su teoría de la metáfora, expresada en La metáfora viva (1975) y en la narrativa (tanto en la escritura de la historia como en la escritura de la ficción), publicada en la monumental trilogía Tiempo y narración (1983-85).

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En la última fase de su producción, se incluyen reflexiones sobre la identidad narrativa, el hombre capáz, la ética, la política, entre otros. Así, Ricoeur publica en 1990 Sí mismo como otro, libro que constituyó una especie de resumen de todo su trabajo filosófico hasta esta altura, al mismo tiempo que se preguntaba sobre la consistencia de la identidad personal, del sujeto que responde a la pregunta ¿quién? y sobre la acción, desarrollando, entonces, aquello que llamó su antropología del "hombre capaz", más tarde profundizada por el análisis de los diferentes modos de los sentidos del "reconocimiento", en el libro Caminos del reconocimiento (2004). Múltiples fueron las contribuciones de Ricoeur para una filosofía del pensamiento en general, sin olvidar, por ejemplo, su contribución decisiva a la epistemología de la historia, no solo en Tiempo y narración, sino también en Historia y verdad (1955) y La memoria, la historia y el olvido (2000). Y es, quizás por esta razón, por su apertura, dinamismo y carácter polimórfico que hoy, quince años después de su muerte, la obra ricoeuriana recibe cada vez más atención y su recepción se extiende por los cuatro puntos cardinales del mundo.

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Para mas información sobre el autor: http://www.fondsricoeur.fr/fr/pages/biographie-chronologie.html

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